La ciudad de Cáceres forma parte de la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1986 gracias a su extraordinario patrimonio arquitectónico. En palabras de la propia organización, la inclusión se debe a su “valor universal excepcional, de una importancia cultural tan extraordinaria que trasciende las fronteras nacionales y beneficia a toda la humanidad”. Tal y como señaló Campesino (1982), Cáceres constituye “el núcleo genético más homogéneo de arquitectura civil gótico-renacentista de Europa”.
Ahora bien, la historia de su consolidación patrimonial está marcada por debates intensos. Las restauraciones realizadas durante el franquismo han recibido numerosas críticas desde la historiografía del arte de la Universidad de Extremadura, especialmente por el criterio de “unidad de estilo” aplicado y por ciertas "descontextualizaciones" (Lozano Bartolozzi, 1988). Dentro de esta polémica, la figura del arquitecto José-Manuel González Valcárcel —restaurador en Cáceres para la Dirección General de Bellas Artes— ha sido objeto de duras censuras, hasta el punto de que apenas ha encontrado defensores.
La opinión que aquí se sostiene es distinta: sin el trabajo de Valcárcel y sin las inversiones realizadas en la Parte Antigua, difícilmente Cáceres habría alcanzado el lugar que hoy ocupa en el panorama patrimonial internacional. Conviene recordar que, a diferencia de otras ciudades, en el recinto intramuros no existe un monumento singular —una catedral, un palacio de primer orden o restos romanos de gran escala— que por sí solo hubiera asegurado su presencia en la historia universal de la arquitectura. La importancia de Cáceres radica, precisamente, en el conjunto y en las operaciones de recuperación que se llevaron a cabo.
La Plaza de San Jorge
En este contexto, la intervención más decisiva fue la creación de la Plaza de San Jorge, la operación urbana de mayor envergadura acometida en el casco antiguo. Implicó demolición de infraconstrucciones, apertura de nuevos espacios libres y dotación de equipamientos de los que carecía esta parte de la ciudad. A partir del estudio del expediente de proyecto y de obra conservado en el archivo municipal, así como de la comparación entre fotografías históricas y actuales, se pone de relieve la magnitud de la actuación y el modo en que se ejecutó, con procedimientos administrativos no tan lejanos de los que hoy se emplearían en una obra pública de esta naturaleza.
La intervención permitió sacar a la vista la imponente fachada barroca de la iglesia de San Francisco Javier (conocida como de la Preciosa Sangre), que desde entonces se convirtió en una de las imágenes icónicas de Cáceres.

Agentes y autoría de la obra
Ayuntamiento de Cáceres. Archivo administrativo . Expediente "obra de San Jorge", consultado en 2024. Edificio municipal de “Valhondo” en la calle Héroes de Baler.
Ahora bien, la historia de su consolidación patrimonial está marcada por debates intensos. Las restauraciones realizadas durante el franquismo han recibido numerosas críticas desde la historiografía del arte de la Universidad de Extremadura, especialmente por el criterio de “unidad de estilo” aplicado y por ciertas "descontextualizaciones" (Lozano Bartolozzi, 1988). Dentro de esta polémica, la figura del arquitecto José-Manuel González Valcárcel —restaurador en Cáceres para la Dirección General de Bellas Artes— ha sido objeto de duras censuras, hasta el punto de que apenas ha encontrado defensores.
La opinión que aquí se sostiene es distinta: sin el trabajo de Valcárcel y sin las inversiones realizadas en la Parte Antigua, difícilmente Cáceres habría alcanzado el lugar que hoy ocupa en el panorama patrimonial internacional. Conviene recordar que, a diferencia de otras ciudades, en el recinto intramuros no existe un monumento singular —una catedral, un palacio de primer orden o restos romanos de gran escala— que por sí solo hubiera asegurado su presencia en la historia universal de la arquitectura. La importancia de Cáceres radica, precisamente, en el conjunto y en las operaciones de recuperación que se llevaron a cabo.
FOTOGRAFÍA DE LA PLAZA DE SAN JORGE EN 1966
CON LA OBRA RECIÉN TERMINADA
LA INTERVENCIÓN SACÓ LA PERSPECTIVA DE LA IMPONENTE FACHADA
DE LA IGLESIA BARROCA DE LA PRECIOS SANGRE
La Plaza de San Jorge
En este contexto, la intervención más decisiva fue la creación de la Plaza de San Jorge, la operación urbana de mayor envergadura acometida en el casco antiguo. Implicó demolición de infraconstrucciones, apertura de nuevos espacios libres y dotación de equipamientos de los que carecía esta parte de la ciudad. A partir del estudio del expediente de proyecto y de obra conservado en el archivo municipal, así como de la comparación entre fotografías históricas y actuales, se pone de relieve la magnitud de la actuación y el modo en que se ejecutó, con procedimientos administrativos no tan lejanos de los que hoy se emplearían en una obra pública de esta naturaleza.
La intervención permitió sacar a la vista la imponente fachada barroca de la iglesia de San Francisco Javier (conocida como de la Preciosa Sangre), que desde entonces se convirtió en una de las imágenes icónicas de Cáceres.

Agentes y autoría de la obra
Con frecuencia se tiende a pensar que todas las restauraciones de la época en Cáceres fueron promovidas por la Dirección General de Bellas Artes, proyectadas por Valcárcel y ejecutadas por la empresa ABREU. Sin embargo, en el caso de la Plaza de San Jorge la realidad fue diferente. La actuación fue promovida directamente por el Ayuntamiento de Cáceres, bajo la alcaldía de Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano; fue ejecutada por la empresa Construcciones Ollero de Casar de Cáceres junto con el maestro cantero Gonzalo Gómez; y el proyecto y la dirección de obra correspondieron al arquitecto municipal Ángel Pérez Rodríguez.
Este dato pone de relieve que los servicios técnicos municipales, aun con recursos limitados, eran capaces en aquel tiempo de proyectar y dirigir intervenciones de gran escala que transformaban el corazón histórico de la ciudad. Hoy, cuando con frecuencia la Administración local limita su papel a la supervisión de contratas externas, resulta revelador comprobar cómo el trabajo directo de la oficina municipal fue decisivo para la configuración de la Cáceres patrimonial que décadas más tarde entraría por la puerta grande en la UNESCO.
Este dato pone de relieve que los servicios técnicos municipales, aun con recursos limitados, eran capaces en aquel tiempo de proyectar y dirigir intervenciones de gran escala que transformaban el corazón histórico de la ciudad. Hoy, cuando con frecuencia la Administración local limita su papel a la supervisión de contratas externas, resulta revelador comprobar cómo el trabajo directo de la oficina municipal fue decisivo para la configuración de la Cáceres patrimonial que décadas más tarde entraría por la puerta grande en la UNESCO.
OFICIO QUE LIBRA EL ARQUITECTO MUNICIPAL D. ÁNGEL PÉREZ PARA REMITIR DOS EJEMPLARES DE PROYECTO AL ILMO. SR. ALCALDE "PARA LA CONSIDERACIÓN DE LA COMUSIÓN MUNICIPAL PERMANENTE..."
SE REALIZA "POR ORDEN DEL SR. ALCALDE..."
Conclusión
El estudio de la Plaza de San Jorge invita a reconsiderar el papel de la arquitectura municipal en la construcción del patrimonio histórico. Más allá de las críticas al “criterio de unidad de estilo”, esta intervención demuestra cómo la acción directa del Ayuntamiento y de su arquitecto municipal contribuyó de manera decisiva a la imagen de Cáceres que hoy conocemos y valoramos.
Este trabajo fue presentado en las conferencias y mesas redondas celebradas en el Palacio de Camarena en octubre-noviembre de 2024, dentro del programa conmemorativo “Centenario Ángel Pérez Rodríguez, arquitecto municipal de Cáceres (1924-1967)”, organizado por el Ayuntamiento de Cáceres y el Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura.
José-Carlos Salcedo, arquitecto
Universidad de Extremadura
LOZANO BARTOLOZZI, Mª. Mar (1988): La descontextualización. Planteamiento problemático en la recuperación monumental. Aplicación al caso de Cáceres. Revista “Oeste” nº 5. Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura. Cáceres.
Universidad de Extremadura
BIBLIOGRAFÍA CITADA:
CAMPESINO FERNÁNDEZ, Antonio-J. (1982): Estructura y paisaje urbano de Cáceres. Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura. Cáceres. ISBN 84-500-5177-0LOZANO BARTOLOZZI, Mª. Mar (1988): La descontextualización. Planteamiento problemático en la recuperación monumental. Aplicación al caso de Cáceres. Revista “Oeste” nº 5. Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura. Cáceres.
Ayuntamiento de Cáceres. Archivo administrativo . Expediente "obra de San Jorge", consultado en 2024. Edificio municipal de “Valhondo” en la calle Héroes de Baler.